noviembre 29, 2009

Nota sobre el homenaje al Mtro. Islas

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Rubén Islas, 85 años de vida
Blanca Garduño
Notiecos/Colima
La música marcó su vida. Desde su nacimiento y desde los primeros años, el viento fue decisivo para Rubén Islas Bravo (30 de noviembre, 1924, Pachuca, Hidalgo), pues nació en la ciudad llamada Pachuca, La Bella Airosa, y eso es porque los cerros encajonan el aire que viene del norte y semeja un instrumento de viento.
El aire sirvió para impulsar la vocación del niño Rubén que alcanzó altos vuelos durante 37 años, como el flautista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) de México, de la que fue pionero y más de 40 años de trayectoria docente y profesional ininterrumpida con la flauta transversa.
Desde pequeño acompañaba a su padre Juan Islas, cada vez que tocaba el oboe en la Banda de Música del Estado de Hidalgo. Al escucharlo y verlo, a Rubén le gustó y despertó una sensibilidad lírica y una capacidad comunicativa que, a través de sonido, va más allá de las palabras.
Rubén quería ser abogado pero su padre visionario le dijo: "Te vas a morir de hambre" y de inmediato le regaló una flauta, humilde, sencilla, de carrizo para que viviera de ella. Apropiado del aire, tocaba en la escuela y el maestro se la recogió.
Su madre Isabel, fue a reclamar el tesoro del niño y recuperó su flauta. Rubén no la dejaría jamás. Aún la conserva como un amuleto dentro de una caja de madera que le regalaron sus hermanos. Pequeña joyita en manos de Rubén Islas, de sonoridad increíble que usa el viento para crear un ambiente muy especial en una marcha mexicana.
El 16 de abril de 1940 formó parte de la primera Banda de la Marina, como "músico ripiano", donde su salario era de tres pesos. Tocó en la XEW en la época de las grandes bandas y para 1951, compró en abonos su primera flauta de plata alemana que hoy sigue brillando como la luna. La flauta para Rubén Islas es un gran instrumento alegre, optimista y para él, es el instrumento que más se asemeja a la voz humana.
Quería ser músico profesional, pero como no existían las becas, logró el apoyo de Emilio Azcárraga para estudiar en el Conservatorio Nacional de Música y viajar a Estados Unidos y encontrar en el Marlboro College en Vermont, al mejor maestro Marcel Moyse.
Rubén Islas no puede ocultar su alegría por haber podido recorrer todo el país con Luis Herrera de la Fuente y conquistar los mejores escenarios de Europa y Estados Unidos.
Amigo de todos los músicos y directores como Carlos Chávez, Miguel Álvarez Acosta, quien lo impulsó en OPIC a formar el Quinteto de México. Instrumentos de viento, del que fue integrante, y Javier Barros Sierra quienes le otorgaron reconocimientos por su trayectoria y elevada cultura musical.
Tocó en la OSN, con los grandes directores como Eduardo Mata e Igor Stravinsky del que guarda una fotografía dedicada "A Rubén Islas, 8 de diciembre, 1961", y fue amigo del gran flautista Pierre Rampal.
El maestro Rubén Islas ha pasado a la historia de la flauta por méritos propios, en el que la flauta transversa es su otro yo. Es reconocido en el ambiente artístico por ser el creador de una "escuela" de flautas en México y haber formado varias generaciones de flautistas que actúan en las principales orquestas y que realizan estudios de perfeccionamiento en Estados Unidos y Europa.
Los ex alumnos hoy tocan de la propia OSN, la Filarmónica de la Ciudad de México, la Sinfónica de Acapulco, la de Aguascalientes y jóvenes del Conservatorio Nacional de Música, lo mismo que de la Escuela de Iniciación de Música y Danza, así como de la Escuela de Música Vida en Movimiento.
Por ello, en 2006 se creó por la Escuela Nacional de Música de la UNAM con su nombre el Concurso Nacional de Flauta Transversa Rubén Islas que reconoce a los nuevos talentos.
Destacan dos de los intérpretes de flauta a nivel mundial como la México americana, Elena Durán y Miguel Ángel Villanueva, uno de los músicos solistas más activos de México, quienes encabezaron un magno homenaje de gran parte de sus ex alumnos que se unieron a la celebración en su honor, el domingo 25 de octubre de 2009, en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli.
Hace 53 años se casó el 26 de diciembre con Carmen Fuentes, nativa de Comala. El amor a primera vista le permitió viajar 16 horas para verla un día y regresar a la capital a su trabajo en la OSN. Ella se dedicó a la educación de Carmen, Isabel, Mónica, Eduardo y Rubén que le han dado once nietos y aceptó a la flauta como el otro yo del comprometido y padre ejemplar que se hizo de un nombre en la música a costa de insalvables sacrificios personales.
El viento trajo de regreso al maestro Rubén Islas y a Carmen Fuentes a Colima y mañana festejarán sus 85 años de vida, con gran energía pues viene dispuesto a seguir trabajando de tiempo completo con el viento y la flauta transversa, con los músicos de Colima, para devolverles vida transformada en música.

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